ESPAÑA, RESTAURACIÓN BORBÓNICA.
Economía:
- La emigración a América.
- El débil crecimiento de población.
- Situaciones de hambrunas y epidemias.
- Produjeron una desigualdad creciente entre España y el resto de los países europeos.
La cultura se abre al mundo:
- El desarrollo industrial.
- La estabilidad institucional.
- Mejora de los intercambios con otros países europeos.
- Da lugar a pequeños pero significativos cambios en la cultura española.
- La Iglesia católica, apoyada por la política clásica y dinástica, sigue jugando un papel fundamental en la cultura popular de finales del siglo XIX cuando el 65% de la población española es analfabeta.
- En las artes la educación y la literatura se manifiestan una apertura a las ideas que vienen del resto de Europa.
Política:
Marco cronológico.
Es el período de la historia de España ente los años 1874 y 1923. Durante esta etapa se sucedieron el reinado de:
- Alfonso XII (1874-1885).
- La Regencia de Mª Cristina (1885-1901).
- Alfonso XIII (1901-1931).
Restauración se refiere al término que supuso la vuelta al trono de los Borbones. Lo habían perdido tras la revolución de septiembre de 1868, llamada "La Gloriosa", que derrocó a la reina Isabel II, madre de Alfonso XII.
La Restauración comenzó el 29 de diciembre de 1874, con el pronunciamiento de general Martínez Campos en Sagunto, supuso el final de la I República, presidida entonces por el General Serrano.
La restauración borbónica finaliza con el levantamiento militar el 13 de septiembre 1923, que dio paso a la dictadura de Primo de Rivera.
Orígenes de la Restauración.
El período isabelino significó la hegemonía del partido moderado, defendía el nuevo régimen liberal surgido tras la crisis del Antiguo Régimen, pero en sentido restrictivo, siguiendo lo que se conoce como liberalismo doctrinario.
Significaba el predominio político de los propietarios agrarios beneficiados por la desamortización y las clases conservadoras, bloqueaba el acceso al poder de los partidos de oposición, para quienes no quedaba otro recurso que el pronunciamiento o la revolución.
Esta situación finalizo en 1868, dando paso a una agitada etapa que se prolongó durante seis años y que conoció varios regímenes políticos:
- Regencia.
- Monarquía democrática de Amadeo de Saboya.
- República federal.
- República conservadora.
La profundización de los principios liberales en sentido democrático, la defensa de las libertades y el peso político que adquirieron pequeña burguesía y clases populares no eran fácilmente admisibles para quienes habían controlado el poder en las décadas anteriores. La agitación y los conflictos bélicos (guerra carlista, guerra de Cuba, conflicto cantonal) impulsaron a las clases conservadoras a apostar por la Restauración de la monarquía.
En cambio, el acuerdo no fue fácil entre los restauracionistas. Un importante núcleo "moderado" optaba por la continuidad con el período isabelino. Pese a las dificultades encontradas, el político malagueño Antonio Cánovas del Castillo, procedente de las filas de la Unión Liberal, a quien se encargaron los trabajos restauradores, se decidió por la persona del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II, y por un sistema político más abierto, donde se reconocieron progresivamente los derechos individuales del Sexenio y en el que la oposición pudiera acceder al poder por vías pacíficas.
El proceso de aglutinación de las fuerzas defensoras de la Restauración Borbónica, que no fue fácil, tuvo su culminación en la publicación por parte del príncipe Alfonso de su programa como rey. Ese documento es conocido como el Manifiesto de Sandhurst.
Finalmente, aunque Cánovas era partidario de una transición pacífica, el príncipe fue proclamado como nuevo rey tras el pronunciamiento de Sagunto, protagonizado por el general Martínez Campos.
El sistema político de la Restauración
Cánovas había sido ministro en tiempo de Isabel II por la Unión Liberal. Era opuesto al exclusivismo del partido moderado, tampoco era partidario de las libertades reconocidas en el Sexenio. Cánovas llegó a la conclusión de que la única salida a la agitada política española del XIX, salpicada de pronunciamientos y revoluciones, era articular un sistema político en que las oposiciones pudieran ocupar el poder por vías pacíficas. Se le conoció como turnismo.
Se basó en la creación de dos grandes partidos, uno en sentido conservador,(el Partido Liberal-Conservador) liderado por el propio Cánovas, , y otro en sentido liberal, heredero del régimen de libertades del sexenio, presidido por el político riojano Práxedes Mateo Sagasta y conocido como Partido Liberal-Fusionista. A estos dos partidos les correspondía agrupar al máximo número posible de grupos y facciones, con el único requisito de aceptar la monarquía alfonsina.
Estos dos partidos se "turnarían" en el poder. A cada mandato de un partido le sucedía un gobierno del otro. De esta forma se garantizaban una importante estabilidad.
Claro que para ello había que basarse en un sistema no democrático, aunque fuera de carácter representativo. Es decir, se elegía un Parlamento, pero las prácticas caciquiles y el gran pacto entre los dos partidos hicieron que siempre ganara las elecciones el partido que las convocaba. En un sistema democrático, el partido que gana las elecciones forma el gobierno. En el sistema de la Restauración, en cambio, el rey nombraba el gobierno, y después se hacían las elecciones para que ese gobierno tuviera una mayoría parlamentaria con la que gobernar. Esto hizo que el sistema electoral de la Restauración tuviera que descansar sobre el caciquismo.
Partidos políticos
Los dos grandes partidos de la Restauración fueron el Partido Liberal-Conservador y el Partido Liberal Fusionista, conocidos como "liberales" y "conservadores" respectivamente. Fueron los únicos partidos que ocuparon el gobierno en este período.
El Partido Liberal-Conservador fue el primero de los dos que se constituyó. Su líder era Antonio Cánovas del Castillo, quien intentó aglutinar en su seno a los antiguos moderados partidarios de Isabel II, y a los miembros de la Unión Liberal, incluidos aquellos que, como Romeo Robledo, apoyaron la revolución de 1868. También englobó en sus filas a personalidades destacadas, como el general Martínez Campos (aunque luego pasó a las filas liberales) y también a grupos cercanos al tradicionalismo, pero que aceptaban la legitimidad Alfonsina, como la Unión Católica de Alejandro Pidal.
A la muerte de Cánovas, el partido tuvo dificultades para encontrar su relevo.
El partido Liberal-Fusionista surgió más tarde, ya que las facciones que lo iban a componer estaban desorganizadas tras el fracaso del Sexenio. El proceso, que no fue fácil, se consolidó en 1881, cuando accedieron al poder bajo la dirección de Sagasta, su líder durante el último cuarto de siglo. Su programa fundamental era desarrollar los derechos de la Constitución de 1869.
En el fusionismo se fueron dando cita los diferentes partidos monárquicos del Sexenio: constitucionalistas, radicales... En su política de atracción hacia la izquierda también absorbieron a finales del XIX a los posibilistas de Emilio Castelar.
Al igual que ocurrió con los conservadores, la muerte de Sagasta supuso la división interna de las diferentes facciones.
La característica fundamental de los republicanos, fue precisamente su división. Los más conservadores eran los posibilistas de Castelar, que terminaron en el partido liberal. La facción más numerosa, y la que contaba con una mayor implantación popular, era el partido republicano federal, liderado por Francisco Pi i Margall.
Denunciaron el caciquismo en múltiples ocasiones. Tampoco eran partidos de masas, aunque su sustento popular era mayor, especialmente en las ciudades.
Uno de los movimientos políticos y sociales más característicos, y a la vez controvertidos, de la historia contemporánea española es el carlismo, sobre el cual los especialistas no terminan de mostrarse de acuerdo. Durante la Restauración, el carlismo, que había sido derrotado militarmente en 1876, tardó en reorganizarse, y no participó apenas en las elecciones anteriores a 1890. A partir de ese momento, sólo tuvo cierta fuerza en las provincias forales (Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya), aunque en ocasiones se ha sobrevalorado su implantación en aquellas. El carlismo también sufrió divisiones, la más importante de las cuales dio lugar al partido integrista.
Galicia del siglo XX:
Social:
Galicia sigue marcada por un fuerte atraso económico, con una población situada en el sector primario, y con una migración a América muy importante, una escasa industrialización, y unas deficientes vías de comunicación.
Política:
Es el periodo con más cambios de todo el siglo XX, ya que hubo tres formas de gobierno diferentes:
• Monarquía (1900-1931): se caracteriza por la alternancia de poder entre conservadores y progresistas.
• Dictadura de Primo Rivera (1923-1930), represento la pérdida de libertades básicas como la asociación.
• II República Española: (1931-1936) supone una gran modernización en muchos aspectos económicos y sociales: derechos de la mujer, derecho de los trabajadores, mejoras en la agricultura, en el la enseñanza, en la estructura del estado etc…
En las tres primeras décadas, en Galicia se producen importantes cambios sociales y culturales. Destacan el movimiento agrarista y la creación “das Irmandades da Fala”, todos estos movimientos acaban en 1936 con el golpe de Estado Franquista.
Divinas Palabras:
Los personajes de “Divinas Palabras” presentan muchas de las ideas predominantes de la época, por ejemplo: El temor al poder de la Iglesia, tenían la tradición gallega muy interiorizada, el miedo hacia lo desconocido (en este caso a satanás), la pobreza de muchos de ellos e intentar sacar algo de dinero de algún trabajo o encargo (cuando se disputan quién se queda con Laureaniño).
A continuación un pequeño fragmento donde se explica brevemente la historia de la España de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Bajo estas líneas se encuentra un vídeo donde se habla más detalladamente sobre el Modernismo, y la generación del 98 en un contexto literario, también se nombra a Ramón María del Valle-Inclán.
A continuación un pequeño fragmento donde se explica brevemente la historia de la España de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
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